Y la muerte llegó caminando
trayendo labios y auroras
amarrando dolores y tierra
trazando su guadaña como una sonrisa
Llegó,
cruzó el umbral
sumergió su lengua en nuestras llagas
deslavó la tarde
simuló arena sobre sus ojos
delineó lágrimas en nuestras sombras
apedreó los sueños
dejó caer una maraña
de gritos,
soles,
lunas
Amaneció,
enarboló su vestidura
derrotó
llaves,
puertas,
cerrojos
y nos dejó
aquí
enredados
entre el silencio
y la niebla.
Arianna
Comentarios
Y que en versos como los tuyos, el momento debe ser más fácil.
Te quiero mi nanita, y cuanto admiro tu poesía.
Mi abrazo y mi cariño siempre para ti.
sobre el parecido con Parra, puede ser, aunque el de él lo encuentro más triste porque "no existe si no en el imaginario"..en cambio en mi texto, ella es real y lo está pensando como quien crea un futuro escape...
un abrazo
cariños.
Un beso.
Mónica
Besitossssssssssssssss y felicidades